La mamoplastia de reducción se trata en muchos casos de una cirugía reparadora ya que muchas pacientes padecen grados severos de gigantomastia.
Además de la incomodidad que supone, sufren de problemas cervicales y de espalda en general, así como trastornos dermatológicos por la humedad en el surco submamario.
Habitualmente se someten a esta cirugía pacientes jóvenes de entre 20 y 30 años tras el pleno desarrollo puberal. No obstante también intervenimos a mujeres tras la menopausia que han experimentado un aumento del tamaño de sus mamas acompañado del aumento de peso general causado por el déficit hormonal.
Disponemos de diversas técnicas quirúrgicas aunque la realizamos siempre bajo anestesia general. Es preciso llevar un sujetador deportivo en el postoperatorio durante un mes.