DECALOGO DE LA SECPRE DE RECOMENDACIONES SOBRE RINOPLASTIA

DECALOGO DE LA SECPRE DE RECOMENDACIONES SOBRE RINOPLASTIA

La rinoplastia es la quinta intervención de cirugía plástica más realizada en nuestro país. Según las estadísticas de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), uno de cada 1.000 españoles se somete a ella anualmente por motivos estéticos o funcionales, siendo los pacientes más habituales los de edades comprendidas entre los 18 y los 45 años.

Con el fin de que los pacientes españoles que deban, deseen o estén valorando la posibilidad de someterse a una rinoplastia puedan hacerlo con las mayores garantías sanitarias y de seguridad, la SECPRE ha elaborado el siguiente decálogo, en el que les recomienda que:

1. Recurran siempre a un profesional con la titulación adecuada, que, en el caso de la Cirugía Plástica, es la de Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, solicitándole que les muestre alguna acreditación demostrativa si es preciso.

2. Comprueben que el lugar donde tendrá lugar la rinoplastia es un quirófano homologado de un centro hospitalario con las condiciones de seguridad adecuadas para una intervención que requiere, en la mayoría de las ocasiones, de anestesia general.

3. Valoren con su médico los motivos para realizar la intervención, que pueden ser estéticos, funcionales (disfunción ventilatoria y problemas respiratorios) o secundarios (asociados a malformaciones congénitas, tumores, traumatismos, etc.), pero también de otros tipos, como asociados a enfermedades autoinmunes o al consumo de sustancias tóxicas.

4. Valoren con su médico que el desarrollo de la estructura ósea de su nariz está completo, sobre todo a edades tempranas, y que disponen de la madurez psicológica suficiente para una intervención que conllevará un cambio en su anatomía facial, por lo que no es aconsejable en menores de edad salvo por motivos funcionales o asociados a malformaciones congénitas severas.

5. Tengan en cuenta que una cosa son los resultados deseados y otra las expectativas reales que debe transmitirle siempre su médico. Dichas expectativas no se pueden predecir al 100% al estar determinadas por múltiples factores, como las características anatómicas propias de cada paciente y los procesos de cicatrización.

6. Sepan que el preoperatorio de una rinoplastia debe incluir siempre la realización de un electrocardiograma y de una analítica completa con estudio de coagulación y, en el caso de los pacientes muy mayores o fumadores, una radiografía de tórax.

7. Dejen que su médico valore la técnica que mejor se adecúe a la intervención, que puede ser abierta, en la que se accede a las estructuras internas de la nariz mediante una pequeña incisión en la columela (la parte externa entre la punta y la base), o cerrada, en la que se accede a través de las fosas nasales.

8. Sepan que las molestias tras la operación pueden ser fácilmente controladas mediante analgésicos habituales y que el postoperatorio incluye un taponamiento de las fosas nasales durante una media de 2-3 días, la utilización de una férula nasal durante una media de 7-10 días y, en caso de haberse empleado una técnica abierta, unos puntos en la columela que se quitan en un plazo medio de una semana.

9. Sean conscientes de que la rinoplastia tiene la entidad quirúrgica suficiente para su realización en solitario. Al afectar a tejidos adyacentes a la nariz, puede ser desaconsejable practicarla simultáneamente a otras intervenciones de cirugía facial, si bien es su médico quien debe valorar tal circunstancia.

10. No crean en la existencia de la «nariz perfecta», ya que las modas y los cánones de belleza cambian con el tiempo, debiéndose priorizar resultados naturales, proporcionados con el resto de la estructura anatómica facial de cada paciente y no estigmáticos, es decir, que no parezcan operados.