El tratamiento con toxina botulínica de las arrugas faciales es una de las principales armas terapéuticas en medicina estética.No obstante existen diversas creencias populares erróneas provocadas por desconocimiento de este tratamiento.
-«El Botox deja la cara paralizada»
La toxina botulínica provoca una paresia (disminución de contracción o movilidad) del músculo donde lo aplicamos.Por ello, mediante este tratamiento podemos disminuir arrugas de expresión de entrecejo, frente y patas de gallo. No obstante,como cualquier procedimiento, es necesario experiencia en su uso para no provocar alteraciones de la mímica facial que estigmaticen y siempre es preferible utilizar dosis bajas en los primeros tratamientos. Personalmente,hago una valoración de todo el tercio superior de la cara y explico la necesidad de dejar determinadas arrugas suaves en puntos concretos para que el resultado sea natural.
-«No es recomendable poner Botox si tengo pocas arrugas»
El comienzo de este tratamiento es preferible ante los incipientes signos de envejecimiento, ya que al disminuir la contracción muscular, prevenimos notablemente la aparición de arrugas. De hecho,el uso de toxina botulínica no está indicado en personas que presenten mucha flacidez ya que los efectos terapéuticos van a ser muy leves.
-«Hay que tratarse cada 2 meses»
En principio la duración del efecto es variable en función de la contracción y tono muscular de cada paciente. No obstante la mayoría de los pacientes realizan ente 2 y 3 inyecciones al año. No es recomendable realizar reinyecciones antes de 3 meses del tratamiento anterior.